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YAMILET, LA EMBAJADORA DE LA GIMNASIA DOMINICANA

Medellín, 25 de junio de 2012

Esta joven de 19 años será una de las representantes de
República Dominicana en los Juegos Olímpicos Londres 2012 

Si Yamilet Peña Abreu no hubiera nacido hace 19 años en República Dominicana, quizás este país caribeño no fuera merecedor del reconocimiento que goza en los campeonatos de gimnasia que se desarrollan alrededor del mundo. Ya tiene su cupo asegurado para la próxima Olimpiada en Londres 2012, y quiere dar la sorpresa.

Una mujer de desafíos. Eso es Yamilet. La única, en la actualidad, que ejecuta el triple salto mortal, el cual solo se atreven a emprender los hombres, o hasta 1999 cuando la rusa, Elena Produnova, demostró su alto grado de dificultad y de riesgo.

“La posibilidad de realizar un sueño es lo que hace la vida interesante”, dijo la morena de cuerpo menudo, ojos redondos y brillantes, nariz chata, cabello negro y quieto, y ante todo una apasionada por el deporte que practica desde los seis años.

Su familia ha estado siempre ahí, en los momentos de gloria y triunfos, o también cuando las derrotas la superan. Su padre, Germán Peña, aparte de ser un apoyo, es quien le confecciona sus trajes, con los que demuestra en sus rutinas que es una estrella que no para de brillar. Sus colores preferidos: fucsia, verde y azul turquesa. Pero no deja de lado la tricolor de su querida dominicana.

“Chiqui”, como la llaman de cariño sus entrenadores y compañeros, no solo irradia alegría cuando sale a la competencia y elegancia en su manera de caminar, sino que al momento de hablar la humildad se percibe a flor de piel, al igual que la disciplina en cada uno de sus movimientos, la fuerza y el coraje cuando asciende por el aire y gira sin control para conquistar la presea dorada. La misma que desea ganar en la Olimpiada en Londres.

Orgullo es lo que siente por sí misma. Por sus logros, su país, y la clasificación a la cita olímpica. “Estar entre las cuatro mejores del mundo en caballo de salto y saber que sin duda puedo obtener una medalla es lo que me llena de satisfacción para seguir trabajando”, expresó la estudiante de Contabilidad, en la Universidad Tecnológica de Santiago, y quien entrena siete horas al día en el pabellón de gimnasia del Parque del Este, ubicado en Santo Domingo.

“Cuando tienes un sueño por realizar la rival eres tú. Yo compito conmigo misma. Así se logra lo que se desea”, fueron las palabras con las que concluyó la atleta que se arriesgó después de una rusa a realizar el triple salto, con el cual marca la diferencia en la gimnasia mundial.

¿DÍA DEL PADRE?


Medellín, 17 de junio de 2012

Recordar. Recordar es a lo que me dedico en esta tarde cargada de agua donde el frío florece en todo su esplendor. Una tarde nostálgica para mí en medio de estas nubes grises y donde los rayos gritan, y se revelan, y cantan, o tal vez lloran. Nostálgica por tu ausencia. Por esos buenos recuerdos que aún reposan en mí, y que son sólo eso: recuerdos.

Pienso en usted porque fueron diez años en los que compartimos el amor, me enseñaste el valor de la humildad, y alegraste cada uno de mis pasos para que siempre fuera feliz.

Llueve.

Y por las calles sigue corriendo el agua. Las paredes de las casas conservan su humedad. Y yo sigo pensando.

Traslado mi mente a esa niñez donde en fechas como la de hoy estaba al lado tuyo, desde que el sol salía hasta que se escondía. Quizá ya te había dado un regalo, el mismo que mamá habría comprado con anterioridad.

Un abrazo de mi parte ya lo habías recibido, tan fuerte, tan demasiado fuerte, como lo añoro hacer en este momento.

A lo mejor mi mejilla estaría tallada por culpa de la barba tuya, la que me sacaba tantas rabias y me producía picazón cuando te inclinabas para juntarla con la mía, y darme un beso. Para expresar ese amor que no te cansabas de manifestarme.

Sigue lloviendo, fuera y dentro de mí.

Sigo recordando tu sonrisa picarona, tus ojos marrones, tus cejas pobladas. Quisiera recordar el tono de tu voz pero me es imposible. No logró identificarlo. Y eso me produce más tristeza, más nostalgia.

No digo que estás en un lugar mejor, eso sería mentir. No digo que estás con los mejores, porque seguiría mintiendo. Solo sé que desde donde estás cada día cuando me levanto eres el guía que me entrega las fichas para armar mi camino.

El destino fue quien nos separó, pero será el mismo que se encargará de volvernos a juntar para reír y compartir; para contarte como las derrotas me vencieron, pero como también conseguí bañarme en triunfos.

No te deseo un feliz Día del Padre porque, con el respeto que se merecen quienes lo tienen vivo, esa fecha para mí ya pasó de moda.

Un abrazo.